Máximo Laura, nacido de las entrañas de la cultura Wari, hereda el estilo tradicional de finos tejedores antiguos llamados cumbimayocs. Both his parents and grandparents, master weavers from Ayacucho, watched wisely and attentively over him as he practiced from childhood. Con una trayectoria de primer nivel y muchas piezas hermosas, Máximo es uno de nuestros principales tejedores. No solo ha introducido en su tapiz la iconografía de nuestras culturas ancestrales, sino que también ha fusionado hábilmente la fibra y el diseño, tres aspectos estratégicos del arte textil.

Investigador respetuoso de los colores genuinos de nuestros antepasados, ha descubierto y revelado algunos de los secretos en sus colores y fibras. But where he really stands out is in the use of design. Laura pinta sin pintar, dominando códigos que se funden en una composición de fibras mágicamente entrelazadas por el encantamiento de sus formas.

Sus tapices se convierten en obras de arte al igual que las pinturas. Sus códigos no se repetirán; ni tendrán un orden geométrico. Máximo tiene muchas historias que contar. Gritos de guerra, felinos valientes y pájaros y cantos de la montaña viven en su mente, desde que sus interrogantes se deshicieron en los libros de historia y en los mitos y cuentos en las voces de sus abuelos.

El artista busca inspiración en la fuente que ha alimentado el músculo y las emociones de innumerables generaciones de «Intipamakin» que, hace 3000 años, iniciaron el arte de tejer en las mágicas alturas andinas. Sin embargo, supera el tradicionalismo a través del uso consciente y espontáneo de los elementos necesarios para formar el producto final: herramientas de tejido, materiales y accesorios, la invención de nuevas técnicas de producción y la investigación de patrones cromáticos inéditos. A través de esto, supera sus raíces andinas hacia el dominio técnico completo y la creación libre: la construcción de poemas ópticos que legitiman su arte como auténtico, profundo y personalizado.

El «oro» que producen sus manos es más que un talento artístico: es la conciencia del tesoro solar inca, que él levanta como una luz muy actual en la noche inquieta de nuestra América Latina.

Por Victor Escalante y Mario Margutti